(Angustia)
Decido contar ovejas.
(Demasiado aburrido)
Mejor visualizo cada hacki suspendida, cada malabar.
Comienzan a transformarse en flores, en enredaderas de colores, que vuelan a través de mis manos y del aire.
Se transmutan en esa imagen de árbol subterráneo, a cinco pasos de mi habitación.
Acaban volviéndose tus chinos en mi almohada.
Y ya cerca del anhelado sueño, mis labios se transforman en sonrisa.