lunes, 31 de agosto de 2009

Te miro y veo que ya no hay esperanza

En las manos estarán dibujadas caricias que nunca fueron, habrá millones de sonrisas que se perderán en las comisuras de los labios, palabras de aliento que no se escucharán debido a la distancia entre nuestros cuerpos.

El adiós estará presente en cada noche, mañana, tarde y madrugada que no llegará a vernos juntos, en cada no-lugar donde nunca nos encontraremos, en cada insomnio en el que no volveré a nombrarte.
No estarás más en el frasco verde-azulado donde suelo guardar las memorias cristalizadas. Sabré dónde estás, pero no te iré a buscar. Me quedaré dónde estoy, encerrada entre el eco de palabras tantas veces repetidas.

No volverás a contar los lunares sobre mi piel desnuda, ni volverán a servirte de guía para recorrer con tus labios mi piel. No serás una emoción que perdure y se vuelva parte del alma y no volveré a escribir en el sudor de tu espalda lo mucho que te quise, que te quería.

Ahora que te observo con los oídos me doy cuenta que no me gustas más. Antes eras un siempre, siempre. Ahora, eres un ¡ya basta! un ¡ya no más!

La espera terminó. Cada palabra dicha entre nosotros nunca volverá a ser repetida, se perderá en el vacio del ayer. Ahora, eres como la oruga que nunca será mariposa.
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viernes, 28 de agosto de 2009

Te conozco tan poco que ya te ví quedándote en mi puerta





En ese viernes tan oscuro, en el que las palabras no surgían, no porque no hubiese sentimientos que explicar sino porque se ahogaban en la garganta, sentí que habíamos llegado al punto final de nuestra historia, a nuestro último día.

Me encontré con mis ganas de quedarme pero también de salir huyendo para siempre, con el nada de fuerza que tengo para contenerme y la facilidad que tienes para descontrolarme.



-¿Qué pasa? - fue tu pregunta.
-Nada- mentí descaradamente y con plena conciencia de que no me creerías ni media palabra.
-¿Nada? ¿Estás segura?
-Ya te dijé que nada y no quiero hablar ahora.



Alzé los hombros, volteé la cara y evité tu mirada.

Poco a poco, con extrema paciencia y un poco de tristeza, terminaste sacando cada sentimiento escondido, terminaste oyendo las palabras que desde hace tanto quería que escucharas pero no me atrevía a decir en voz alta y terminaste rompiendo la muralla emocional que construyó después de cada batalla de palabras.


Tras escuchar todo lo que tenías que decir, no pude dirigir una mirada feliz, ni pronunciar palabras de aliento, sólo pude abrazarme a las líneas de tu cuerpo, mientras la lágrima más silenciosa de todas corría por mi mejilla izquierda.

Al final de la noche (que sin notarlo ya empezaba a convertirse en día) me dí cuenta que te quiero porque te desconozco, que me quieres porque crees conocerme, que nos seguiremos queriendo porque queremos conocernos y porque hay una infinidad de horas en el reloj del ayer que siempre serán tuyas y serán mías.

Desde aquel día he soñado con días nublados en los que pierdo la memoria... cuando despierto está lloviendo.

lunes, 24 de agosto de 2009

Étoile Vide



Había una vez una estrella de mar que se soñó en el cielo.

Nunca imaginó que esa densa masa gaseosa fuese tan asfixiante, que las vistas multicolor en el amanecer y el atardecer engañaran tanto.

Que durante la noche la soledad se manifestara de esa forma imperante , separándola de aquellas estrellas luminosas en las que no podía confiar y que además no la comprendían, por ser una estrella ajena, diferente, por representar la otredad.
Nunca imaginó que el sol fuese tan abrasante ni que las nubes se empeñaran en cubrirlo todo, en un afán casi competitivo. La asustaron las tormentas eléctricas y las auroras boreales; el smog, le impedía respirar, los truenos no la dejaban escuchar su propia voz.
Exasperada y decepcionada intentó despertar. En esa tentativa se forzó a caer del cielo, para poder escapar. Mientras caía una estrella fugaz pasó burlona a su lado, demostrándole la falacia de su malogrado intento de dejar de ser una estrella vacía.


*Título alternativo: De estrellas de mar con conflictos de personalidad.


Historia escrita hace muchas lunas ya, para ser más precisos cuando la creatura que escribe en este blog cursaba el cuarto semestre.

domingo, 23 de agosto de 2009

En el estado no distinguible de las cosas

Hoy desperté y había hormigas corriendo por todo mi cuerpo: por mi cuello, por mis brazos, por mis piernas. No pude dejar de pensar en ti y en lo divertido que te hubiera parecido verme así, además de que te hubiera encantado quitarme las hormigas una a una...
Pero no estás, así que tuve que aplastarlas con crueldad.

No sé como llegaron hasta mi cama o quién les enseñó el camino hacia mi cuerpo. Lo único que sé es que ellas últimamente lo invaden todo: mis libros, mis fotos, mis recuerdos...
y siempre el aplastarlas invariablemente me remonta tanto a ti.

Las hormigas lo están invadiendo todo hasta mis sueños!!!


* Escrito al despertar en la oscuridad y sentir a esos formicídos caminando sobre mí... hace tiempo, en aquella casa de infancia dónde al menos solía sentirme protegida.
Ahora cada vez que regreso aún están ahí.

sábado, 22 de agosto de 2009

Suerte

Sé que aunque tiremos la sal de la mesa,
caminemos por debajo de mil escaleras,
quebremos 7 espejos,
pasemos al lado de 13 gatos negros,
abramos el paraguas dentro de la casa,
nos levantemos con el pie izquierdo,
y pisemos algo que yo lanzara al suelo la noche anterior...

Seguiremos riendo como locos,
porque sabemos que no puede existir la mala suerte estando juntos.