No estarás más en el frasco verde-azulado donde suelo guardar las memorias cristalizadas. Sabré dónde estás, pero no te iré a buscar. Me quedaré dónde estoy, encerrada entre el eco de palabras tantas veces repetidas.
No volverás a contar los lunares sobre mi piel desnuda, ni volverán a servirte de guía para recorrer con tus labios mi piel. No serás una emoción que perdure y se vuelva parte del alma y no volveré a escribir en el sudor de tu espalda lo mucho que te quise, que te quería.
Ahora que te observo con los oídos me doy cuenta que no me gustas más. Antes eras un siempre, siempre. Ahora, eres un ¡ya basta! un ¡ya no más!
Sara me encató tu poema, es muy triste pero muy bello. Escribes poesía de manera destacable.
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