lunes, 9 de agosto de 2010

Cosecheros de estrellas

Soñé una lluvia de estrellas, en el lugar donde descansan mis recuerdos… y el tuyo ahí, el más presente de todos, el más vivo de todos, el más enterrado de todos.
Te miré, me miraste. No fue hasta que me quite los pantalones (yo que sí los tengo), que te acercaste. Atinaste a decir: -Te ves tan bonita y sencilla. Pero no eran tus palabras, era otra voz la que hablaba desde tu garganta.
Entre el saludo cordial y el genuino interés por saber de nuestra existencia mutua, descubrimos que hay un universo de cosas que contarnos, pero elegimos callar.
El silencio fue fracturado por un fugaz diluvio estelar. Atónitos, corrimos para reencontramos con la tierra, en la tierra, en busca de cada estrella caída, recogiéndolas una a una, y guardándolas junto al corazón. En ese momento descubrimos nuestra nueva identidad: cosecheros de estrellas.
Acuerpando las estrellas de la tierra, una risa que un tiempo se volvió de nadie, volvió a ser compartida.
Entonces, inconvenientemente, desperté.

martes, 13 de abril de 2010

Voluntades Involuntarias

Dicen que la voluntad es la capacidad que nos mueve a actuar de manera intencionada, con conocimiento pleno de las razones por las cuales elegimos A y no B, esquivando dificultades y contratiempos. Dicen también que “la voluntad traspasa montañas” y que “quien tiene la voluntad tiene la fuerza”.

Además dicen que lo voluntario es aquello que se hace por espontánea voluntad y no por obligación o deber. Por el contrario, dicen que lo involuntario sucede sin ser causado por la voluntad de alguien.
Lo que nadie dice es que la materialización y la articulación entre estos conceptos, de la manera en que los define el diccionario, los filósofos, el tiempo, la historia… en mí, nunca ha existido.
Porque entonces, cómo explicar que:
Voluntariamente, quiero que se desdibuje de mí el rastro de tu sonrisa, involuntariamente quiero ser yo quien la provoque;
Voluntariamente, quiero impedir que tu mirada me cautive, involuntariamente quiera que nos comamos con la mirada;
Voluntariamente, quiero aceptar tu ausencia; involuntariamente clamo tu presencia;
Voluntariamente, quiero irme a algún lugar lejano en el que no tenga que encontrarte con frecuencia; involuntariamente quisiera que nos fuéramos juntos;
Voluntariamente, quiero apostarle a que el tiempo me hará olvidarte; involuntariamente quisiera que trascendiéramos al tiempo y al espacio;
Voluntariamente, quiero no llorar más por ti; involuntariamente quisiera que vengas a secar mis lágrimas:
Voluntariamente, quiero irme a dormir para dejar de pensar en ti; involuntariamente anhelo soñar contigo;
Voluntariamente, intentamos que nuestra relación fuera pasaporte; involuntariamente se convirtió en grillete; 
Voluntariamente, entiendo que esto nunca debió haber comenzado; involuntariamente suspiro porque nunca hubiera terminado.
¿Querer es poder?
Proposición vacía de un sordo y ciego “yo” individualista delirando que todo lo puede.

jueves, 1 de abril de 2010

Historias de terror para estudiantes inconformes. Parte I.


Tal parece que me lo hubieran contado en la noche, para asustarme, para no lograr que conciliara el sueño.

Es de esas historias, que primero lees y no puedes creer. Después, la realidad te aplasta y terminas aceptando tu error. Te das cuenta que esas cosas pasan todo el tiempo y de lo permisivos que hemos sido al consentir que sucedan, que personajes de este cariz, tomen las decisiones que impactan en la vida de todos.

Acontecen en distintas latitudes, esta vez sucedió en Chile, pero pasa en México todos los días. Son las mismas historias trazadas por el mismo poder dominante... la misma trama, distintos guiones.

Esta historia, que desearía fuese ficción, tiene como lamentable actor a Miguel 'Chirimoyo' Mellado, actual “gobernador” de la provincia de Cautín, en Chile.

En una desafortunada entrevista, en la que el “Chirimoyo”, apodado así por tener antecedentes oscuros por el giro doloso de unos cheques, formuló unas cínicas declaraciones sobre el tema mapuche al Diario Austral, que no pueden más que provocar escalofríos, indignación e ira en aquellos que las leen:

Primero la negación y la minimización: “En mi provincia no hay conflicto mapuche. Son dos o tres personas las que están dando ese conflicto por un afán personal". “Además no es el tema de hoy”. "El tema mapuche en este momento no está en nuestra agenda. "

Después al preguntarle sobre la CONADI ,la institución dedicada a “ejecutar la acción del Estado en favor del desarrollo integral de las personas y comunidades indígenas” (según la misión institucional de la misma), el supuesto dirigente político contestó:

" Creo que los conflictos que se dan entre la Conadi y las comunidades son por una insatisfacción de cliente. Mi opinión personal es que la CONADI debería reformularse y que deberían haber ejecutivos de cuenta (¡!) encargados de las comunidades mapuche."

Al cuestionarle si su visión no era reduccionista, respondió: “No, porque los quiero meter al aparato productivo, no cultural”.

Alarmantes palabras para los inconformes que intentan cambiar el rumbo de las cosas. Desoladoras palabras que sólo confirman el desprestigio del Estado Chileno y de su personal político que siguen con los ojos vendados el credo neoliberal. Oprobiosas palabras que expresan la mercantilización de las relaciones sociales, la falta de interés de las (¿)autoridades(?) para resolver los conflictos sociales y la falta de movilización de la sociedad para que se cumplan sus necesidades.

Da tristeza, ver que hemos soportado tanto ( en México o en Chile es la misma deplorable realidad).
¿ Qué nos queda?
Lo menos que podemos hacer, es denunciar.


Tristemente, estas historias continuarán…
Hasta que hagamos algo

lunes, 8 de febrero de 2010

Deambulando entre ismos

Ante la propuesta de hacer una reflexión sobre los ismos, lo primero que se plantea el estudiante es buscar que quiere decir ismo. Dependiendo del dichoso estudiante y sus técnicas de estudio, buscará en un diccionario o una enciclopedia de papel la respuesta o acudirá al tan apreciado recurso del internet para resolver esta primera duda.

Independientemente del método escogido, se encontraran respuestas similares que pueden sintetizarse de la siguiente manera: Ismo es un sufijo (en términos coloquiales pedazo de palabra que se pone al final de otra palabra) cuyas acepciones más interesantes me parecieron las siguientes:

a)doctrinas, movimientos, escuelas o tendencias de una gama que va desde lo político; lo económico; lo religioso; hasta lo social; filosófico o cultural, como el socialismo; populismo; el anarquismo; el liberalismo; el budismo o el surrealismo.
b) Indica actitudes; como egoísmo, compañerismo, individualismo, narcisismo, altruismo, sedentarismo, pesimismo, etc.
Entre las diversas definiciones que encontré había una acepción que hacía referencia a tendencias de una época o país, lo que me llevo a preguntarme ¿cuáles son los ismos que definen nuestra época? ¿Capitalismo?¿Neoliberalismo?¿ Materialismo histórico? ¿Posmodernismo?
¿Cuáles son los ismos que forman ya parte de la historia de la humanidad? ¿Feudalismo? ¿Oscurantismo? ¿Humanismo?
¿Cuáles son los ismos que han permanecido en el sistema mundial durante ya mucho tiempo? ¿Neocolonialismo? ¿Imperialismo? ¿De nuevo capitalismo?
Traté de reducir la pregunta con el fin de obtener respuestas aparentemente más sencillas: ¿Cuáles son los ismos que nos definen como Universitarios? De nuevo, no se me ocurrió una respuesta que me satisficiera, al contrario surgieron más preguntas. Volví a intentarlo: ¿Cuáles son los ismos que me identifican como persona? Surgieron, de nuevo más preguntas: ¿ Realmente son ismos que vivo día con día o más bien me apropie de la idea de ellos? ¿Por qué me identificó con ellos? ¿Por qué los hice aparentemente míos?
Recordando las distintas etapas de mi vida, en que únicamente el dinamismo ha sido la constante, me volví a preguntar ¿así de efímeros son nuestros ismos? ¿Estamos tan desesperados por encontrar respuestas que nos adherimos al primer ismo que nos impresione? ¿Por qué necesitamos adherirnos a un ismo? ¿Por qué la actitud de autoetiquetarnos o autodefinirnos a partir de ciertas concepciones dadas por alguien más?¿Qué tan incluyente o excluyente puede ser pertenecer a un ismo o a otro?
Recordando una escena de la película Invasiones bárbaras, en la que el protagonista a punto de morir hace junto con sus compañeros de juventud, a manera casi de broma, un recuento de todos los ismos por los que habían transitado desde marxismo hasta maoísmo, me hizo entonces plantear que nuestra pertenencia ( y el grado de ) a algún ismo es, en la mayoría de los casos, una cuestión de mera transitoriedad, que depende de las condiciones materiales y psicológicas en las que nos encontremos.
La generación de un sentido de pertenencia a algún ismo, determina en gran medida los espacios por los que transitamos e interactuamos, determina a qué decidimos prestarle atención y qué preferimos minimizar, influye nuestro sentido de la realidad y nuestras relaciones con nosotros mismos, con los otros, con la naturaleza, en una palabra con nuestra percepción del mundo.
¿Qué pasa cuando nuestros ismos cambian repentinamente, por las razones que sean?¿ Cuándo olvidamos como sonaban los discursos que ayer nos emocionaban? ¿Cuándo ya no cautivan? ¿Cuándo nos desencantamos?
¿Cómo hacer que nuestra pertenencia a un ismo sea duradera o sea trascendente? ¿ Es eso algo positivo o negativo? ¿Es necesario? Como pregunta final: ¿No será que el deambular entre distintos ismos es sencillamente parte de la naturaleza humana?

domingo, 7 de febrero de 2010

El día en que el mundo se acabó

Nos avisaron un domingo por la tarde. La desintegración de lo material, de nuestra realidad, del mundo que conocíamos, era irremediable.

No hubo indicaciones, instrucciones, ni sugerencias. Estábamos sólos, esperando el momento en que el proceso final comenzara. Quise llevarme un recuerdo, ¿a dónde? no lo sabía, pero necesitaba tenerlo conmigo.
Salí al jardín. Fue la última vez que estuve ahí. Recogí varias semillas de mi árbol favorito y cuando esperaba el final adentro de la casa, empecé a hacer una pulsera con ellas.
De pronto lo sentí. El final comenzó justo cuando terminé de hilar el recuerdo que llevaría conmigo. Escuché la tierra temblar y sentí vibrar al cielo cuando el atardecer todavía no era cercano. Desde la ventana vi al último árbol derrumbarse y empezamos a correr sin mirar atrás, a esa casa de infancia que a mis espaldas dejaba de existir.
Corrí con todas mis fuerzas hacia el sendero izquierdo que contrario a los demás no se estaba demoliendo, sólo se estaba desfragmentando. En ese momento entendimos que de cada fragmento desprendido se construiría un nuevo lugar !y tenías la posibilidad de escogerlo!
Saltamos al fragmento de la memoria, cuando empezaba a alejarse. Aún no llegabas. Habías salido desde la noticia del final a tratar de ayudar, a ver en que podías ser útil en esas últimas horas. Escogimos el fragmento de la memoria, porque queríamos recordar todo para llevarlo a ese otro lugar... y seguías sin llegar.
Nos desplazábamos cada vez más rápido y simetricámente con esa rapidez aumentaba mi angustia por no verte aparecer por ningún lado.
Llegaste al atardecer, en el momento final de mi impaciencia y en el momento final de la destrucción saltaste, con tu bata blanca y esa sonrisa tranquilizadora que logró calmar mis sentidos y relajarme mientras transitábamos hacia el refugio de la memoria.