domingo, 25 de octubre de 2009

Irse II

Empecé a irme, pero no he terminado.
¿Qué me detiene? Ciertamente, no lo sé. Cada día que pasa es más notoria la incredulidad, la insatisfacción, las contradicciones. Entonces, ¿qué me detiene?

Ójala pudiera saberlo, para extirpar ese sentimiento de raíz... o ¿será tal vez que lo sé muy bien y a pesar de todo el dolor no me quiero ir? Puede ser, con éste subconsciente que se ríe durante los sueños ya nada es seguro.

Me escucho diciendo "Adiós yólotl, adiós" , "no hay tiempo para los dos" , "nunca nos pondremos de acuerdo" y "ya me cansé yólotl, éste disfraz ya no me gusta". Es entonces cuando según yo me voy, cuando empiezo a irme, convencida de que es lo mejor.

El problema es que siempre me dan ganas de volver. El problema es también que en realidad no me fui muy lejos y que en el fondo me quedé contigo. El problema es además que puedo empezar a irme casi corriendo, pero después escucho tú voz y mis funciones motoras y racionales se detienen. El último problema es ¿ y a dónde irse? si aquí hace un rato que dejaron de existir las fronteras.

¿Será verdad que todo caduca? ¿ Debería esperar a que esto termine para entonces sí poder marcharme? ¿O debería acabar yo con esto de una vez y ponerle cianuro al té de limón que mis sentimientos se inyectan cada mañana? ¿Llegará el día en que dejé de preguntarme quién eres tú y que hago yo aquí?

Muchas preguntas y pocas respuestas. Yo ya me quedé sin propuestas y se me agotó la imaginación para inventarle nuevos nombres a la esperanza. Lo único que sé es que tanto ayer como mañana hasta en el desierto más lejano en el que caminan los muertos sólo habrá espacio para que se reproduzca esta memoria que desde hace muchos años recordándote está.

2 comentarios:

  1. wow! Yo lo titularía, "mi consejera también tiene sentimientos" jajajaja lindo lindo pues!
    Esperanzada de leerte más:)

    aLinna!

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