De la misma forma que me pasa con otras tantas cosas, desconozco dónde termina el camino y dónde inició.
Sólo recuerdo que estaba en aquel no -lugar, esperando no sé muy bien qué, cuando una inofensiva ola de color verde-azulado me llevó hacia ti...
Fue una oleada nocturna la que en vaivén, transformó las nociones del tiempo, pasando rápidamente de un mes al siguiente... y un oleaje de color azul me descubrió cerca de ti.
Fue esa misma oleada, la que en otro vaivén, de la noche pasó al día y el primer rayo de sol nos iluminó mientras apostábamos por estar el uno con el otro...
Cada lugar que transitamos esa noche-día, sin esquinas ni huecos donde ocultarse, nos llevó a adentrarnos en el mar azul y verde de las expectativas, en el mar de las potencialidades...
...una oleada verde, besos en las mejillas... una oleada azul, tu abrazo cálido... una oleada verde, tus caireles junto a mi cuello... oleada azul, tu respiración detrás de mi cuello... oleada verde, tus labios en mi cuello...
Las olas estaban en su momento más álgido, una de ellas, una verde-azulada, en un vaivén lleno de sentimientos mezclados, aproximó nuestros labios, de la única forma en la que la fuerza de un océano puede aproximar dos cuerpos...
... tras cada oleada nos sumergíamos más en ese mar, en el que no podría quedarme toda la vida... pero sí en ese momento en que sonreías y el tiempo dejaba de existir, mientras el eco de tu mano sobre mi piel, seguía mis lunares como si formaran un mapa estelar para dibujar caricias...
Las olas estaban ahora en calma... ...con una mano empecé a seguir las lineas de tus labios, mientras la otra jugaba con la suavidad de tu cabello... la realidad se confundió con las historias, y cual si fuera un deja-vù recordé sus palabras:
" Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja..."
...y me sentías temblar, como lo dijo él, "como una luna en el agua", como una luna en el mar de la tranquilidad y del deseo.
Desde aquél día las oleadas tienen un destino fijo (hacia ti) y en mis amaneceres únicamente sale el sol si despierto contigo.
P.D. Nada faltó para enamorarme de ti, de las mareas que provocas y de la sonrisa en que me transformo cuando estoy contigo...
Gracias por leerme cuentos mientras te miro.


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