viernes, 18 de septiembre de 2009

catarsis

Carta nunca enviada debido a que el remitente dejó de existir un domingo:


El no-lugar más solitario de todos, 18 de septiembre del 2009

La verdad no sé muy bien por donde empezar. Sólo sé que es el comienzo de un final y el principio de un adiós. Principio que tardó demasiado tiempo en llegar y que fue lastimándome cada vez más. Te pido por favor, que leas esto hasta el final.

No sé bien como explicártelo, sabes bien lo mucho que me cuesta hablar de lo que siento de verdad, el explicar como estoy y transformar los sentimientos en enunciados coherentes. Seguramente pensaras que es una recriminación... primero pensé que no, que más bien era una explicación, pero después pensé que sí, y que además tengo todo el derecho a hacerlo...

La verdad fue tan extraño como todo pasó... y ahora que lo pienso tal vez nunca debí haber ido a aquél no-lugar, ni verte, ni escucharte, ni creerte, ni quererte.

No sé porque te lo escribo hasta ahora, probablemente porque la acumulación de contradicciones ya fue demasiada, tal vez porque tenía miedo de perderte, tal vez porque no me imaginaba el estar sin ti, tal vez porque sabía que muy difícilmente podría haber alguien más después de ti, y muy seguramente porque me negaba a aceptar que tu y yo fuéramos fracaso.
En vez de que el amor que me dices tener, me ayudara a enfrentar con mayor fortaleza los embates de la vida, me fue haciendo más débil; en vez de que me sintiera segura contigo, me creaste otras inseguridades que ni siquiera existían antes; en vez de que construyéramos algo juntos, me fuiste destruyendo a mí. En contra de lo que proclaman los zapatistas, tu y yo no caminamos lado a lado. Ni siquiera creo que te interese que lo hubiésemos hecho...

Pensándolo bien... todo esto ya lo sabía.
En ese hueco entra la nostalgia y la melancolía es cuando me doy cuenta de lo que pasa. La realidad lastimosa mata en cada instante, la verdad se remonta en los hechos, y nosotros algo no hacemos, tampoco nada.
Sabía muy bien desde el principio que contigo futuro no existía y que sería una ilusión pensar en eso, por lo que intenté solo remitirme al presente, pero llegó un momento en el que el presente sólo fue sufrimiento. Yo a diferencia de ti, nunca te critiqué, te acepté tal y cual eras, a pesar de que hay una gran cantidad de cosas que alejarían a cualquiera... pero decidí quedarme. A veces pienso que hubiera sido mejor que nunca nuestros caminos se hubiesen cruzado y que esto que podría estar terminando hoy nunca hubiera pasado. Creo que sería mejor que simplemente en vez de concretarte hubieras seguido siendo un idea más en el éter, una simple posibilidad.
Probablemente, pensaras: "qué falta de coraje", el que te diga esto por este medio, pero no podía ser de otra forma, porque cuando te apareces, surge un grito mudo y un coraje sordo en el cuarto de las negaciones. Porque por más que intenté decir lo que quiero decir, los sentimientos me ganan la batalla, y aunque el corazón no duele, duele ese algo que no se siente. Y para mí no habría otra manera de explicarlo más que de esta forma, desde éste rincón de mi cama que se volvió tuyo y donde faltaron los momentos de sobra pero sobran las vivencias faltantes.
En el fondo, a pesar de que esto parezca ser una despedida, no lo es. Es un ya basta a lo que hemos estado haciendo y al mismo tiempo una invitación para reinventarnos. Intentemos hablar... si no quieres hacerlo, confirmarás a ésta imaginación fatalista y me darás un motivo más para echarte toda la culpa a ti.
Finalmente...
Hasta luego, tal vez.

1 comentario:

  1. Te observé, sentada mirando al infinito, es una postura que sueles adoptar continuamente y que me hace sonreír.

    Tus dedos largos y delgados, blancos, jugando sin saber bien con qué; tus uñas medio despintadas...

    No puedo evitar querer ver al interior, desentrañar la intimidad que defiendes con esa actitud indiferente.

    A veces muestras tristeza, te ves deprimida... o seré yo que me veo reflejado en ti.

    No te preguntes quien soy, lo sabes bien: soy quien no quieres que sea...al menos no soy él.

    ResponderEliminar